Hoy día veinticuatro de diciembre
los occidentales celebramos la navidad. Si es usted ateo o agnóstico celebrara
esta fiesta por tradición, si es cristiano conmemorará el nacimiento de Cristo.
De uno u otro modo hoy dedicara ustedes este día a estar con la familia y a ser
feliz. Aspecto, este último, que no me gusta de la navidad. No es que no me
guste la felicidad, no me gusta la obligación de fingir que somos felices. Y
más esta navidad. Sé que muchas familias de felicidad nada. Hay mucha gente que
ha perdido su vivienda, y que pasará la navidad Dios sabe donde. Otras muchas
familias tienen un techo, pero desde luego poco alegría se servirá hoy en su
mesa. Será una noche de algún modesto dispendio en viandas con sabor a
remordimiento por su carácter de lujo indebido. Será una cena de incertidumbre
y de miedo al futuro. De pensar en como pasar la próxima navidad, el próximo
mes, o en como conseguir algo tan inocente como un juguete para los hijos. Y lo
malo no es sólo la incertidumbre sino también la impotencia ante las
circunstancias. El sentirnos victimas de un modelos económico y político que
nos sobrepasa y que en lugar de ayudarnos a vivir mejor nos fastidia la vida.
Bien ya que estamos en navidad
reflexionemos sobre las circunstancias, sobre esos modelos político económicos
que nos sobrepasan Las circunstancias modelan la vida de todos, incluso ya que
estamos en Navidad, la de Jesús de Nazaret. Veamos esto un poco por encima.
Según el evangelio Jesús nace en
Belén. Y esto señores se debe a una circunstancia de origen político. Según el
evangelio la familia de Jesús vivía en Nazaret, en cambio se ven obligados a
viajar a Belem. ¿por qué? Pues que al Emperador Augusto se le antoja hacer un
censo y para eso manda a cada cual al pueblo de origen de su familia. El caso
es que allí se van José y María. Y según nos narra el evangelio esto nos lleva
a otra circunstancia, en este caso económica. La posada estaba llena y
encontrar un alojamiento debía ser demasiado caro, y ahí les toca, con un
embarazo de nueve meses meterse en un establo, el equivalente actual a meterse
debajo de un puente.
Si atendemos a la llamada matanza
de los inocentes, pues otra circunstancia política. A Herodes le dicen que va a
nacer un rey, no le hace gracia lo de tener competencia y decide sacar la
espada a pasear; la familia con el niño a cuestas a Egipto.
En fin lo que quiero decir con
esta retahíla de hechos evangélicos, es que hasta Jesús estuvo en buena medida
sujeto a una serie de circunstancias económicas y políticas adversas, y a un así
se tomo la vida con filosofía. Predico la ayuda a los demás, el amor a los demás
por encima de las preocupaciones materiales. Tal y como están las cosas, esa forma
de ver la vida de Dios o de un filosofo, o de cómo cada uno de ustedes quiera
ver la figura de Jesús puede ser una buena forma de ver la vida. Quizá estemos todos atados a unas circunstancias
que nos superan, pero al menos tenemos la oportunidad de ayudarnos unos a
otros. Y así, a lo mejor, algo comienza a cambiar en el mundo.
Feliz Navidad.