viernes, mayo 24, 2013

Me gusta comprar a mi vecino


Hoy les voy a contar un pequeña anécdota. Un anécdota intrascendente y he de reconocer que poco interesante, salvo que exista algún admirador/a secreto que le interese mi día a día.

Hoy por la tarde he salido a dar un paseo. Me gusta pasear, especialmente en está época, con su ligera brisa, el verde reluciente en las hojas de los árboles y esa explosión de color, producida por centenares de flores tanto cultivadas, como esas duras flores silvestres que consigues asomar la cabeza en este mundo de asfalto y hormigón.

El caso es que mientras paseaba, he recordado que hacía ya unos días estaba pensando en adquirir un pequeño cuaderno, de tapa dura, para tomar unos apuntes sobre diversos temas. Así pues, he entrado a una papelería de una famosa cadena y he ojeado la más o menos amplia variedad que tenían, alguno de ellos, debo decirlo bastante caros para ser un simple cuaderno. Pero no me ha convencido lo que había y me he ido. Todo esto sin cruzar una palabra con las dos uniformadas dependientas.

El caso es que he continuado con mi paseo y deambulando por pequeñas callejuelas, por esas por las que difícilmente pasas salvo que tengas que ir a lago en concreto me he topado con una vieja papelería. Una papelería especial para mí. De pequeño mi madre solía comprar allí los libros de texto. Bueno en realidad no era tan pequeñito. Antes los compraba en otra, (Legavel se llamaba) un poco más cerca de casa y regentada por una simpática ancianita. Una de esas papelerías de estanterías repletas de los más diversos objetos, desde compases hasta borradores, pasando por reglas de todo tipo, mapas mudos, plumas etc. Una pequeña tienda oscura, de muebles de madera vieja y mostrador desgastado. Un local de olor a borrador de “nata” y aroma a la madera fresca de lápices afilados. Y como digo una ancianita diligente que conseguía los libros de texto de un día para otro. Y créanme no era tarea fácil, siempre había alguno agotado en el almacén y otras librerías tardaban hasta más de una semana en conseguirlo. Pero la anciana se jubiló y el negocio cerro sus puertas para siempre. Lastima.

Así pues pasé a  ser cliente de la papelería que he encontrado esta tarde. Con los años deje de usar libros de texto, pero aun así me acercaba de vez en cuando. Durante los años de la facultad siempre hacen falta unos folios, un recambio de minas o algo similar. Y aunque solía comprarlo en la papelería de la facultad, por simple comodidad, aun acudía de vez en cuando a esa escondida papelería de barrio, siempre se olvida algo. Además el establecimiento, ligeramente modernizado pero sin perder su esencia de comercio de barrio, hacía recargas a móviles. Pero el fin de mi vida como estudiante y mi paso a contrato en el celular hizo que dejara de pasar por allí.

El caso es que como quería un cuaderno, además de unos recambios de tinta para mi humilde estilográfica[1], he entrado a la tienda. Y el hombre me ha reconocido. Nunca supe su nombre y el probablemente tampoco el mío. Pero se le ha alegrado al cara, y como consecuencia a mi también, y me atendido de la forma más amable posible. Ni que decir tiene que le comprado lo que necesitaba. Y esta pequeña anécdota me ha hecho reafirmarme en mi apoyo al comercio de barrio. Sé que siempre no es posible, que los horarios de la tienda de la esquina muchas veces no son compatibles con infernales horarios de oficina que tenemos hoy en día. Y sé que no siempre se encuentra todo lo que hace falta, el poco espacio, y porqué no decirlo, la falta de público hace que muchas veces solo tengan lo básico. Pero aun así a mi me gusta ir a las tiendas de barrio. Por varios motivos. El primero porque como les digo me gusta pasear, y una calle vacía no invita al paseo. Un barrio, una ciudad, una calle tienen que ser algo vivo. Y para salir a la calle y ver gente tiene que haber comercio. Bares, panaderías, tiendas de ropa y zapaterías en las que parar a ver escaparates, ultramarinos e incluso bazares chinos. No me gustan esas urbanizaciones en las que uno para tomar un café tiene que hacer varios kilómetros en coche (aunque admiro y envidio su paz). El segundo por la cercanía, por la sonrisa del vecino que te reconoce y que te necesita. Sí, te necesita, porque al señor del Mercadona vender al día veinte barras de pan más o menos le da igual, pero a tu vecino el panadero no. Y a ese vecino le necesitas tú, a ese comerciante que te conoce de toda la vida y si se te olvida el dinero o no te alcanza no tiene inconveniente en que le pagues mañana o pasado. Y eso por no hablar del bar, muchas veces segunda casa para algunos. No es igual una cerveza en un cien montaditos o similar que en el bar donde el camarero te conoce de siempre (en tus mejores y “peores” momentos) si es usted asiduo a los bares, me entiende. Y el tercero porque matar al pequeño comercio no sólo es malo para la economía, es matar un tipo de economía. La economía del pequeño comerciante que vive de sí mismo, una economía de gente humilde pero libre, no sujeta a los dictados de empresarios a los que en muchas ocasiones les importa poco o nada la vida de sus empleados. Es matar una economía más justa y digna para el ser humano. La del pequeño propietario que gana su pan con el sudor de su frente. Es matar lo poco que nos queda de comunidad, de conocer al vecino. Es matar la vida de los barrios para sustituirla por migraciones masivas a centros comerciales impersonales y aglomerados de gente.

Así pues, me alegro de que en la gran cadena de papelería no hubiese lo que yo buscaba, y me alegro de haberme reencontrado con mi papelería de siempre. Creo que volveré pronto.


[1] A quien piense que eso de usar pluma es de pijos pretenciosos, le diré que quizá, pero que no es mi caso. A los que nos gusta escribir nos gusta usar bolígrafos de tinta liquida, tipo “pilot” pues se deslizan mejor que los tipo “Bic cristal” (con todos mis respetos a tan útil diseño) El caso es que los bolígrafos “pilot” son caros y cuando se gastan los tiras a la basura. Una pluma la puede conseguir por quince euros o algo menos que es el equivalente al precio de unos diez bolígrafos “pilot”. La diferencia es que cuando el bolígrafo se te gasta lo tiras, con lo que un montón de plástico y metal se va a la basura, la pluma la conservas con lo que es más ecológica. Además como los cartuchos de tinta para pluma son muy baratos (10-15 céntimos) a la larga le sale a uno más económico usar estilográfica.

viernes, mayo 17, 2013

Principes azules 2ª Parte

Y vamos allá con el segundo tomo de principes y princesas azules.


Alemania



Jorge Federico de Prusia
 Sin duda si buscamos príncipes o princesas Alemania es el lugar más adecuado para ello. Y ello se debe a que antes de la unificación alemana la Confederación Germanica estaba integrada por cuatro reinos, doce principados, seis grandes ducados, varios ducados. Si bien la casa que acabo reinando en Alemania fue la de Prusia y aun podemos encontrar a un heredero; Jorge Federico de Prusia. No obstante hay bastante más Príncipes, un caso curioso puede ser el Francisco de Baviera, heredero del trono de Baviera y no sólo eso, sino legitimo heredero de la Casa de Estuardo (paro los jacobitas es Francisco II Rey de Inglaterra, Gales y Escocia) Aunque sin duda el más mediático es el heredero de Hannover, el conocido Ernesto. Pero por caprichos de la historia quiero fijarme en y es que en su día un de sus príncipes estuvo muy cerca de ser Rey de España, tras la caída de Isabel II y la búsqueda de una nueva casa real.

 

Rumania

Miguel I de Rumania
Es curioso pero...¿saben que el Rey de España y el de Rumania podrían haber sido el mismo? Me explico; volviendo a los príncipes alemanes tenemos que fijarnos en el pequeño principado de Hohenzollern-Sigmaringen. Y ¿por qué? Muy sencillo, cuando Isabel II de España es depuesta por la Revolución Gloriosa se busca una nueva casa real que ocupe el trono y si bien se acaba eligiendo a Amadeo I, de la Casa de Saboya uno de los candidatos fue Leopoldo de Hohenzollern. El caso es que cosas de la vida, fallecimientos de parientes y demás, su hijo acabo siendo Rey de Rumania. Y por cierto el trono rumano sigue teniendo aspirante. Y en este caso no un príncipe que no ha llegado a ceñirse la corona. En este caso es todo un “Rey”, Miguel I que ha sido Rey de Rumania durante dos periodos hasta la invasión soviética. Actualmente reside en Rumania como un ciudadano más.


Italia

Amadeo de Saboya V Duque de Aosta
Victor Manuel de Saboya
Sin duda otro de los mejores países para buscar un príncipe azul o es su defecto un duque o similar es Italia. El país fue un crisol de pequeños reinos y estados. Antes de la Unificación italiana el país estaba compuesto por reinos diversos como Parma, Modena, Toscana, el Reino de las Dos Sicilias, Cerdeña, los Estados Pontificios y las Republicas de Génova y de Venecia entre otros. Finalmente es el Rey del Piamonte Víctor Manuel II el que consigue la unificación italiana (en realidad su ministro Cavour, con el apoyo francés y Garibaldi) No obstante la dinastía de Víctor Manuel duró poco en el trono. Su nieto Víctor Manuel III acepto tranquilo el funcionamiento constitucional, pero su actitud fue de aceptar con la misma tranquilidad al dictadura de Mussolini. Terminada la II Guerra Mundial con la consiguiente derrota italiana, Víctor Manuel III intenta salvar la monarquía abdicando en su hijo Humberto II. Peso a ello se convoca en un referéndum, sobre el que aun pesan sospecha de fraude a favor de la causa republicana, el que Italia decide transformarse en la actual República. El actual heredero sería Víctor Manuel de Saboya, personaje polémico que he se ha enfrentado acusaciones de proxenetismo, trafico ilegal de divisas, e incluso homicidio. Este comportamiento y el hecho de que su padre aceptara jurar la constitución republicana hace que muchos monárquicos italianos apoyen como Rey a su primo Amadeo de Saboya el Duque de Aosta. (con quien se lío a bofetadas en la boda de los Príncipes de Asturias)



Rusia

¿Cómo no hacer referencia a Rusia y sus zares? Quien no ha oído hablar de la princesa Anastasia y las leyendas de si escapó con vida o murió fusilada en un sótano y enterrada en la nieve con el resto de su familia? El caso es que hace no mucho se encontró la tumba de la susodicha. Así pues a pesar de que podría haber varios candidatos al trono, la persona que ostenta actualmente el titulo de heredera y de Gran Duquesa de Rusia es María Vladimirovna Romanova-Holstein-Gottorp, nacida en España y dedicada entre otras cosas obras benéficas y promoción de la cultura rusa. Tiene un hijo de 32 años.






miércoles, mayo 08, 2013

Principes Azules 1ª Parte




Las monarquías últimamente están de actualidad. En España por algún escándalo y en la prensa rosa internacional, y no tan rosa, por la coronación de Guillermo Alejandro de los Países Bajo. (al fin y al cabo es un cambio en la titularidad en la Jefatura del Estado de un país de la UE) Y como mi experiencia personal me demuestra que hay mucha gente que busca todavía príncipes y princesas azules con las que compartir su vida, le voy a dedicar un pequeño post a los príncipes. Eso sí los príncipes de los que vamos a tratar aquí puede que traten a sus esposas como reina, pero dudo que lo lleguen a ser nunca o casi nunca. Vamos a dar un pequeño repaso por las familias reales destronadas. Y como el tema es prolijo lo voy a hacer en dos "tomos".



Portugal

Eduardo Pio de Braganza (Duarte II)
Bien si son ustedes españoles probablemente sepan que Portugal y España compartieron reyes desde 1581 hasta 1640. El motivo de esta unión fue sencillo, D Sebastián Rey de Portugal muere en batalla sin descendientes. Ante tan trágico acontecimiento hereda el trono su tío-abuelo el Cardenal Enrique. No obstante la influencia ante el Vaticano de la Monarquía Española evita que obtenga la dispensa papal para abandonar los votos y dar un heredero. A su muerte sin descendencia hay varios candidatos al trono portugués con derecho más bien lejanos. Ante este vacío es Felipe II de España el que hace valer sus derechos mediante la invasión del país vecino y con apoyo de la nobleza portuguesa. Pero en 1640 y aprovechando la debilidad de la monarquía española Portugal consigue la independencia. Por aquel entonces Luisa Francisca de Guzmán, hija de los Duques de Medina Sidonia, descendiente lejana de los reyes de Portugal estaba casada con el Duque de Braganza y también aspirante al trono portugués. Al parecer la influencia de Luisa Francisca fue decisiva para promover la rebelión que entronizaría a su marido como Juan IV como Rey de Portugal. (Al parecer se trataba de un hombre tranquilo, religioso y amante de la música, se le atribuye la autoría del villancico Adeste fideles) Pero la monarquía portuguesa vería su fin en 1910. Por aquel entonces reinaba Manuel II, hombre joven y pacifico y no demasiado aficionado a la política. A pesar de que l movimiento republicano en Portugal era débil (apenas un 9% de los votos en las elecciones de 1908) un grupo de militares republicano se sublevó siendo incapaz el Rey de hacer frente a la sublevación y debiendo exiliarse a Inglaterra. Pero a día de hoy sigue habiendo un "príncipe" portugués o mejor dicho un Duque de Braganza  (el equivalente a nuestro Príncipe de Asturias) se trata de Eduardo Pio de Braganza el cual tiene tres hijos.



Francia

Juan Cristobal Bonaparte
Saber quien es el heredero al trono francés es casi como jugar al Cluedo, y es que la complicada historia de nuestros vecinos del norte, guillotinas incluidas no lo pone nada fácil. No obstante vamos a presentarles a los "príncipes azules" galos. Y es que hay nada menos que tres "Casas" que aspiran al trono. En primer lugar y con menor número de partidarios; los Bonaparte. En este caso en joven llamado Juan Cristóbal Bonaparte, emparentado con diversas familias reales europeas, soltero y al parecer "bien colocado," que diríamos en mi pueblo, en Morgan Stanley. En definitiva un buen partido.

Enrique de Orleans (Enrique VII)
El segundo pertenece a la Casa de Orleans, que subió al trono tras la expulsión del último Borbón que reino en dicho país, Carlos X.  La casa de Orleans siempre fue una de las más importantes de Francia si bien el reinado duró poco, pues las revueltas de 1848 se encargaron de instaurar la II Republica. El actual heredero es Enrique de Orleans, Conde de París. Como príncipe azul quizá esté un poco mayor a sus 80 años, a ello hemos de sumarle que al parecer se encuentran en importante apuros económicos, pues su padre no sólo le impidió trabajar por considerarlo indigno sino que además dilapido toda la fortuna familiar[1].


Luis Alfonso de Borbón (Luis XX)
Y el tercer candidato es, cómo no, perteneciente a la familia Borbón. Y aquí conocer el candidato real es bastante complicado. En principio el trono es reclamado por los descendiente directos de Carlos X, último rey Borbón de Francia. Pero la muerte sin descendencia de Enrique de Artois en 1833 hace que los derechos al trono recaigan en la línea Carlista de los Borbones españoles. No obstante la muerte del último descendiente directo Carlista Alfonso Carlos de Borbón provoca una gran división en Carlismo sobre el legitimo heredero y los partidarios de la Casa de Borbón aceptan como heredero a Alfonso XIII de España en septiembre de 1936, cuando ya estaba exiliado del trono español por la proclamación de la II Republica. En este caso Alfonso XIII tuvo tres hijos varones. El primero, Alfonso, nació enfermo de hemofilia y decidió abdicar para poder casarse con una plebeya. Murió sin descendencia. Así pues los derechos a los tronos español y francés recayeron en Jaime, el segundo hijo, no obstante Alfonso XIII le obligo a abdicar en su hermano Juan, pues consideraba que D. Jaime, sordo de nacimiento no podría ser Rey dada su minusvalia. Si bien más tarde Jaime intento retractarse de su renuncia. Su hijo, Alfonso tuvo posibilidades de acceder al trono de España pues su posición se vio reforzada al contraer matrimonio con la nieta de Franco. No obstante al parecer en la carta de renuncia, al parecer redactada por varios monárquicos españoles, D. Jaime únicamente habla del trono de España, no renunciando al trono francés. De ahí que su nieto Luis Alfonso de Borbón se considere el legitimo heredero de la corona francesa.



Brasil

¿Brasil? Pues sí en efecto puede usted encontrar a todo un príncipe azul a ritmo de samba. Con las Guerras Napoleónicas la familia real portuguesa de traslada a Brasil y toman el título de emperadores. Poco después con la vuelta de los Reyes a Portugal su hijo Pedro, que queda como regente en Brasil. Al retirársele el título de regente por su padre, Pedro en el llamado “grito de Ipiranga” proclama la independencia brasileña. No obstante llegara a ser Rey de Portugal durante un breve espacio de tiempo la dinastía se dividió quedando su hija Maria II como Reina de Portugal y su hijo Pedro II como Emperador de Brasil. Y a día de hoy aun quedan descendientes en concreto hay una disputa entre Luis de Orleáns-Braganza y Pedro Carlos de Orleáns-Braganza.


[1] http://www.elmundo.es/cronica/2002/351/1026113056.html
* Todas las imagenes citados son deWikipedia